Con una cantidad de nervios bastante razonable, a la hora convenida, llamo a la puerta del taller de Chicho Chacon. Chico es muy agradable y rapidamente te hace sentir como en casa, presenta al resto de los alumnos segun llegan (hoy acompaño a cuatro guitarreros... aunque lo logico seria que me acompañaran ellos a mi ¿no? si el que canta pero de pasar miedo soy yo...)
El caso es que nos ponemos a la faena, el curso es eminentemente practico y en palabras del propio Chico lo vamos a hacer todo, hasta el molde y los tacos.
El primer paso es elegir el violin que vamos a hacer, decidimos (su sabio consejo y mi timidez) que vamos ha hacer una copia de un Stradivarius, así que me da una foto a tamaño real de uno y pasamos al calco en papel cebolla de la linea de fileteado interior.
La labor es compleja porque la foto aunque buena no es del todo clara y menos al papel cebolla pero no pasa nada. La acabo, doblamos longuitudinalmente y me dice "ahora hay que elegir la forma" porque evidentemente no coinciden, mi calco no es simetrico.
Es la primera toma de contacto con la realidad: va a ser mi violin porque las "C"s las he decidido yo, y la forma, las curvas (dentro de ciertos limites). Siento un homigueo, digo yo que solo una fraccion de lo que se debe sentir al ser padre.
El día lo dedico al molde ¡y que gran primer dia!
(El molde alrededor del cual vamos a poner las fajas y los tacos)
(Los tacos que irán en las cuatro puntas, tienen que ser paralelepípedos perfectos)
J!T
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